martes, octubre 11, 2005

Idealizada por poetas, visitada por turistas y vivida por sus habitantes

CARTAGENA: ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA REALIDAD.

Detrás de la vida nocturna de la ciudad heroica se esconde el reflejo de toda una realidad social.


Cartagena es uno de los principales destinos turísticos de Colombia. Es conocida a nivel mundial como una ciudad en la que se conjugan la historia de una época colonial, aún visible en su arquitectura, y la cultura caribe expresada en la música, las comidas… pero sobretodo en la alegría de su gente. Esto se hace más visible en las noches del centro amurallado, cuando las luces de las plazas, torres, callejuelas y balcones se encienden iluminando con tonos amarillentos el entorno. En este sentido, hablar de una noche en Cartagena es evocar palabras como romanticismo, estrellas, belleza, historia, cultura, colonia, alegría, baile… Tanto, que dichas palabras son utilizadas en forma estética por muchos poetas que han querido expresar lo que sienten o perciben de esa cartagena nocturna.

La vida nocturna en Cartagena no solo es la que vive y disfruta el turista, sino también la de todo un grupo de personas que tienen como trabajo el salir por las noches a ganarse el sustento diario, mediante el entretenimiento de los extranjeros, nacionales y los mismos cartageneros. Son personas que viven del turismo y para el turismo, que hacen parte ya del paisaje nocturno de ciudad y que ayudan a mantener la imagen turística del “Corralito de Piedra”.

A pesar de lo anterior, estos son trabajadores informales dentro de la realidad económica y social de la ciudad, que hacen lo posible para sobrevivir, algunas veces sin ningún tipo de apoyo por parte de la administración local y sólo contando con las asociaciones que ellos mismos han conformado. Dentro de este grupo de personas se destacan los cocheros, los grupos de danzas populares que ofrecen su espectáculo en algunas plazas públicas del centro amurallado, los cantantes de serenatas y los ayudantes en los sitios de salsa del centro de la ciudad, entre otros.

Entre las notas musicales de la salsa y el paseo de callejuelas…

Una de ellas es Daniel Rodríguez Ramos, propietario de un coche y perteneciente a la Asociación de Cocheros. Lleva 17 años de estar paseando por la ciudad y contando la historia de la misma a los turistas que la visitan. Vestido con una camisa amarilla y unos jeans en medio de la Plaza de los Coches y la Torre del Reloj, muestra su herramienta de trabajo en la que se hace visible el trajín de esos 17 años recorriendo callejuelas. Daniel reside en el barrio Las Delicias; sostiene a dos familias ya que tiene cuatro hijas con dos mujeres distintas. Él expresa, que una noche de trabajo “a veces es dura, a veces es regular y a veces es buena. Por temporada es muy buena y cuando se acaba la temporada como por un mes, es regular; después ya viene el tiempo malo como el que estamos viviendo ahora en septiembre”

Por su parte, con una camisa blanca y un sombrero de fieltro, Onil Antonio Rodríguez Álvarez de 60 años de edad, vive de la “salsa”. Lo que más se resalta en su rostro es su bigote, de allí que le digan el “bigotudo”. Es padre de 4 hijos y ayudante en el sitio de salsa “Donde Fidel” ubicado en la esquina del Portal de los Dulces y frecuentado por los salseros de la ciudad y los turistas que también gustan de este género musical. Onil es un noctámbulo, acostumbrado a sentarse en el portal de los dulces a ver pasar la gente y las notas musicales de la salsa, hasta que ya sea hora de cerrar el negocio aproximadamente a la 1:00 de la mañana de lunes a jueves y los fines de semana entre 3:00 y 4:00 de la mañana.

Daniel perteneciente un grupo de cocheros, por lo menos cuenta con el apoyo y el reconocimiento de su labor por parte de la alcaldía como una de las actividades de la vida turística y nocturna cartagenera. Onil, tiene su empleo en un sitio de salsa y manifiesta tener una situación medianamente estable. Las cosas cambian un poco para otras personas que también tienen vida nocturna, consiguen su sustento diario gracias al turismo, pero, expresan no tener el apoyo de la administración local.

“Para que no muera la danza” y “… la gente sepa que esto es cultura”

La plaza de Bolívar es el escenario donde se encuentra la danza como historia y como cultura. Mediante alegres movimientos y coloridos vestidos se mueven al son del tambor y la gaita un grupo de jóvenes que utilizan el baile como una forma de ganar un poco de dinero para poder sostenerse. Después de cada presentación uno de ellos o ellas con sombrero en mano y sin dejar de bailar, pasa a recoger la colaboración que los espectadores le quieran brindar.

Yesenia Villa luna, Yainer Cabarcas Estrada y Elkin Colón Polo hacen parte de este grupo de jóvenes quienes residen en el sector de San Francisco y en el barrio Fredonia. Yainer, al tratar de explicar el por qué ha escogido la danza como trabajo expresa: “la verdad es que esto lo llevo en la sangre y me ha gustado el folclor, por eso estoy aquí bailando”.

Elkin explica que sus días de trabajo “a veces los comienzan de 5:30 para 6:00 de la tarde y comenzamos en esta plaza (Plaza de Bolívar). Nos recorremos la Plaza de Santo Domingo, Santa Teresa y en San Pedro ya no bailamos porque nos prohibieron esa plaza” y continúa explicando “nosotros no sabemos por qué, según por la Alcaldía. Nosotros tuvimos un proceso aquí con varios grupos porque nos quisieron sacar del centro, tuvimos un enfrentamiento con la Policía y nos prohibieron las plazas de San Pedro y la Santa Clara”. También dice que “aquí nos apoya la gente, los que nos ven, los turistas y los que son de aquí, porque la Alcaldía no nos apoya. Nosotros lo que hacemos lo hacemos para que no muera la danza y también lo hacemos para sostener al grupo”

Al igual que los anteriores jóvenes pertenecientes a un grupo de danza popular que brindan sus espectáculos en las plazas a cartageneros y visitantes, Maria Ligia Bolívar Y José Ofenet Poveda son los cantantes del dueto “Los mensajeros del recuerdo”, uno de los tantos grupos de cantantes que tienen como principal lugar de trabajo la plaza Santo Domingo. Esta pareja de cantantes provenientes de Armenia, Quindío, llevan 40 años dedicados a la música y específicamente ocho años en la ciudad de Cartagena.

Ligia de 65 años, de cabello canoso, ojos azules y rostro sonriente, explica que “en la vida nocturna, digamos aquí, nosotros venimos desde las 7:00 en adelante brindándole música a los señores turistas, los que van y los que vienen (…). Al principio que nosotros llegamos aquí no dábamos abasto a tanta gente pero ya no. Es como dicen por allí todo pasa como en la plaza de mercado”, finaliza con una carcajada.

También se quejan por la falta de apoyo a los músicos por parte de administración así como por la prohibición de mostrar su trabajo en algunas plazas: “Nosotros nos concentramos en esta plaza, porque en la plaza San Pedro y la Santa Teresa eso ahí no lo dejan a uno, a pesar de que nosotros tenemos nuestro carné para trabajar en cualquier sitio turístico-dice mientras muestra su carné de la Asociación de Músicos Colombianos (ASOMCOL)- Sería bueno que pudiéramos entrar a cualquier plaza. Ojalá tener una palanquita que llegara y nos pegara un empujoncito para que la gente sepa que esto es cultura”

En medio de las dificultades aún permanece la visión de ciudad idílica


Las anteriores personas hacen parte de la vida nocturna de la ciudad de Cartagena. Pero, más allá de la ciudad hermosa y tranquila escrita por los poetas y mostrada en los planes de viajes a los turistas, se encuentra toda una realidad social y económica donde los porcentajes de desempleo y subempleo son altos, donde la actual administración distrital no le genera a la población altos niveles de confianza ni de buena gestión , resaltando dentro de esta, al Instituto de patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), órgano rector de la política cultural en la ciudad (ver recuadro 1 al final del documento)

A pesar de todos los obstáculos, dificultades económicas y de apoyo expresados por los anteriores trabajadores nocturnos que viven del turismo y muestran la cultura cartagenera, ellos ratifican la ciudad poetizada, la cartagena conocida como un destino turístico bello e ideal. El cochero afirma: “soy cartagenero y para mí, es la ciudad más linda que tiene Colombia”; el señor Onil, ayudante del sitio de salsa describe las noches cartageneras como algo bello; Los jóvenes pertenecientes al grupo de danza expresan que les encanta Cartagena por las iglesias, por las luces y por los turistas a quienes le bailan, aspecto que Yainer considera como motivo de orgullo; Elkin expresa que para él una noche cartagenera “es alegre, donde el turismo se entretiene en cualquier cosa, por ejemplo la danza. La siento como una expresión que no se describir…” por ultimo la señora Ligia, perteneciente al dueto de cantantes, dice que “una noche cartagenera es deliciosa. Esto aquí es una belleza”

Aún siguen vigente entonces los versos de Luís Carlos López, en su poema “A mi ciudad nativa” en el que escribe que
“Mas hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno le tiene a sus zapatos viejos…”

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Información recuadro 1:
Cómo vamos: evaluación sobre la ciudad.

Dentro de las estadísticas evaluativas arrojadas por el proyecto “Cartagena cómo vamos” alrededor de la calidad de vida de los habitantes mediante indicadores de gestión pública, educación, salud, espacios públicos, movilidad… se destacaron:

Valoración de los distintos actores que conforman la administración distrital, entre estos El Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena:

-Nivel de confianza (1 no confía nada y 5 confía mucho): 3,32
-Calificación a la gestión (1 más bajo y 5 más alto): 3,23
-Mercado laboral: el nivel de ocupación es el más bajo en los últimos 4 años con un 44.5%. El desempleo se situó en el 2004 en 15%,
El subempleo se incrementó, pasando de 15,4% en 2003 a 18,7% en 2004; es decir, un incremento de 21,4%.
(Adaptación de El Universal.)