domingo, diciembre 04, 2005

EL PERIODISMO: UN MAR DE DILEMAS ÉTICOS.

El Periodismo se define en los diccionarios generalmente como “cualquier actividad relacionada con la selección, clasificación, y elaboración de la información que se trasmite a través de los medios de comunicación de masas”[1]. Esta definición superficial de periodismo –que lo reduce a un simple proceso de manejo y divulgación masiva de información-es la que comúnmente se enseña en las escuelas y la que por ende se inserta en la vida cotidiana, generando así creencias basadas en un desconocimiento y desvaloración del periodismo, como por ejemplo, la que considera que estudiar y ejercer esta profesión es la cosa más fácil y menos complicada del mundo en relación a otras profesiones.

La anterior creencia, influenciada por la aceptación superficial de lo que implica hablar de periodismo, es una ofensa contra las verdaderas bases de esta actividad, pero sobretodo contra la importancia ético-social de la misma dentro de una sociedad democrática. Partamos entonces de la definición arriba expuesta para analizar más allá de esas palabras y argumentar que, hablar realmente de periodismo es adentrarse a un mar de dilemas y complejidades éticas y por tanto de transformaciones y repercusiones sociales a través del manejo de la información.

La información es considerada un bien público, tanto así que el artículo 20 de la Constitución colombiana establece como un derecho fundamental el dar y recibir información, pero, al contrario de la definición superficial de periodismo, al término información se le agregan las características de veracidad e imparcialidad. Así mismo se expone que los medios de comunicación son libres y tienen responsabilidad social. Lo anterior tiene un fundamento ético, ya que al hablar de “dar y recibir información” a través de medios de comunicación es hablar inmediatamente del otro, de un colectivo, de una sociedad entera y la ética aparece en tanto existe ese otro, ese colectivo y esa sociedad entera; en otras palabras, no se puede hablar del aspecto ético de una actividad si ésta solo se reduce a un individuo.

El periodismo se hace desde una sociedad y para una sociedad. El periodista Ryszard Kapúscínski plantea que el periodismo trabaja con la materia más delicada del mundo: la gente y por tanto “escribir periodismo es una actividad sumamente delicada. Hay que medir las palabras que usamos, porque cada una puede ser interpretada de manera viciosa por los enemigos de esa gente. Desde este punto de vista nuestro criterio ético debe basarse en el respeto a la integridad y la imagen del otro”[2].

Es este criterio ético lo que lleva a que todo y toda periodista tenga como consigna la búsqueda de la verdad, entendida como la “exactitud en la versión del hecho diario”[3]. Para ello debe ser imparcial a través de la verificación y confrontación de distintas fuentes de información para luego a partir de dichas informaciones, darle a entender a los lectores de una manera completa y profunda las distintas aristas que rodean a aquellas situaciones que afectan su comunidad.

Lo anterior, dentro de una democracia, es considerado como un mecanismo de control de los procesos de un Estado, ya que desde el periodismo se genera opinión pública alrededor de las actividades políticas y económicas que afectan a una sociedad, y depende de esta información la reacción o no de la población ante las dinámicas gubernamentales y la participación de la misma en la toma de decisiones. Esto en países como el nuestro no es nada fácil; mostrar la corrupción, la violencia, las matanzas, el engaño y la competencia encarnizada de intereses que benefician a unos pocos y hunden a muchos en la pobreza y el dolor, implica para un periodista ser censurado limitándole así su libertad de expresión y hasta poner en riesgo su vida y la de su familia, de allí que ejercer esta actividad muchas veces se convierta en vivir en medio de dilemas éticos como decidir entre la vida, el trabajo o la obligación con la sociedad de informar la verdad.

Ejercer el periodismo, es convivir no solo en dilemas éticos como el anterior donde la vida está en peligro; ejercer el periodismo es caminar entre dilemas éticos tan “simples” como manejar la variedad de fuentes o quedarse sólo con una versión del hecho; tergiversar la información en “mi” beneficio, el de otro o por el contrario, ser lo más objetivo posible, en el orden de apostarle a múltiples perspectivas, por tanto, a procesos ínter subjetivos; engañar o no para obtener datos; escribir respetuosamente o utilizar términos peyorativos; ganar dinero y ser censurado o vivir obstáculos económicos, pero, informar libremente etc. En otras palabras todo el ejercicio periodístico es un mar de dilemas éticos por sortear.

En estas condiciones, los que estudian y ejercen el periodismo deben ser personas con muy buenos fundamentos éticos, que tengan claro la dimensión humanística de esta profesión y que sepan nadar dentro de ese mar de dilemas éticos implícitos en “cualquier actividad relacionada con la selección, clasificación, y elaboración de la información que se trasmite a través de los medios de comunicación de masas”. Ejercer el periodismo es servir a la comunidad, es construir democracia, es pasar de la reflexión ética a la práctica ética; es vivir una de las profesiones más complicada, peligrosa pero, en palabras de García Márquez, “la más apasionante del mundo”.
Cartagena de Indias, Octubre 2005

[1] Diccionario de la lengua española plus. Editorial Norma.1997
[2] RYSZARD, Kapúscínski. Los cinco sentidos del periodista. Fondo de cultura económica. Fundación nuevo periodismo iberoamericano. Pág. 17
[3] RESTREPO, Javier Darío. El zumbido y el moscardón. Nuevo periodismo. Pág. 51