domingo, diciembre 04, 2005

EL PERIODISMO: UN MAR DE DILEMAS ÉTICOS.

El Periodismo se define en los diccionarios generalmente como “cualquier actividad relacionada con la selección, clasificación, y elaboración de la información que se trasmite a través de los medios de comunicación de masas”[1]. Esta definición superficial de periodismo –que lo reduce a un simple proceso de manejo y divulgación masiva de información-es la que comúnmente se enseña en las escuelas y la que por ende se inserta en la vida cotidiana, generando así creencias basadas en un desconocimiento y desvaloración del periodismo, como por ejemplo, la que considera que estudiar y ejercer esta profesión es la cosa más fácil y menos complicada del mundo en relación a otras profesiones.

La anterior creencia, influenciada por la aceptación superficial de lo que implica hablar de periodismo, es una ofensa contra las verdaderas bases de esta actividad, pero sobretodo contra la importancia ético-social de la misma dentro de una sociedad democrática. Partamos entonces de la definición arriba expuesta para analizar más allá de esas palabras y argumentar que, hablar realmente de periodismo es adentrarse a un mar de dilemas y complejidades éticas y por tanto de transformaciones y repercusiones sociales a través del manejo de la información.

La información es considerada un bien público, tanto así que el artículo 20 de la Constitución colombiana establece como un derecho fundamental el dar y recibir información, pero, al contrario de la definición superficial de periodismo, al término información se le agregan las características de veracidad e imparcialidad. Así mismo se expone que los medios de comunicación son libres y tienen responsabilidad social. Lo anterior tiene un fundamento ético, ya que al hablar de “dar y recibir información” a través de medios de comunicación es hablar inmediatamente del otro, de un colectivo, de una sociedad entera y la ética aparece en tanto existe ese otro, ese colectivo y esa sociedad entera; en otras palabras, no se puede hablar del aspecto ético de una actividad si ésta solo se reduce a un individuo.

El periodismo se hace desde una sociedad y para una sociedad. El periodista Ryszard Kapúscínski plantea que el periodismo trabaja con la materia más delicada del mundo: la gente y por tanto “escribir periodismo es una actividad sumamente delicada. Hay que medir las palabras que usamos, porque cada una puede ser interpretada de manera viciosa por los enemigos de esa gente. Desde este punto de vista nuestro criterio ético debe basarse en el respeto a la integridad y la imagen del otro”[2].

Es este criterio ético lo que lleva a que todo y toda periodista tenga como consigna la búsqueda de la verdad, entendida como la “exactitud en la versión del hecho diario”[3]. Para ello debe ser imparcial a través de la verificación y confrontación de distintas fuentes de información para luego a partir de dichas informaciones, darle a entender a los lectores de una manera completa y profunda las distintas aristas que rodean a aquellas situaciones que afectan su comunidad.

Lo anterior, dentro de una democracia, es considerado como un mecanismo de control de los procesos de un Estado, ya que desde el periodismo se genera opinión pública alrededor de las actividades políticas y económicas que afectan a una sociedad, y depende de esta información la reacción o no de la población ante las dinámicas gubernamentales y la participación de la misma en la toma de decisiones. Esto en países como el nuestro no es nada fácil; mostrar la corrupción, la violencia, las matanzas, el engaño y la competencia encarnizada de intereses que benefician a unos pocos y hunden a muchos en la pobreza y el dolor, implica para un periodista ser censurado limitándole así su libertad de expresión y hasta poner en riesgo su vida y la de su familia, de allí que ejercer esta actividad muchas veces se convierta en vivir en medio de dilemas éticos como decidir entre la vida, el trabajo o la obligación con la sociedad de informar la verdad.

Ejercer el periodismo, es convivir no solo en dilemas éticos como el anterior donde la vida está en peligro; ejercer el periodismo es caminar entre dilemas éticos tan “simples” como manejar la variedad de fuentes o quedarse sólo con una versión del hecho; tergiversar la información en “mi” beneficio, el de otro o por el contrario, ser lo más objetivo posible, en el orden de apostarle a múltiples perspectivas, por tanto, a procesos ínter subjetivos; engañar o no para obtener datos; escribir respetuosamente o utilizar términos peyorativos; ganar dinero y ser censurado o vivir obstáculos económicos, pero, informar libremente etc. En otras palabras todo el ejercicio periodístico es un mar de dilemas éticos por sortear.

En estas condiciones, los que estudian y ejercen el periodismo deben ser personas con muy buenos fundamentos éticos, que tengan claro la dimensión humanística de esta profesión y que sepan nadar dentro de ese mar de dilemas éticos implícitos en “cualquier actividad relacionada con la selección, clasificación, y elaboración de la información que se trasmite a través de los medios de comunicación de masas”. Ejercer el periodismo es servir a la comunidad, es construir democracia, es pasar de la reflexión ética a la práctica ética; es vivir una de las profesiones más complicada, peligrosa pero, en palabras de García Márquez, “la más apasionante del mundo”.
Cartagena de Indias, Octubre 2005

[1] Diccionario de la lengua española plus. Editorial Norma.1997
[2] RYSZARD, Kapúscínski. Los cinco sentidos del periodista. Fondo de cultura económica. Fundación nuevo periodismo iberoamericano. Pág. 17
[3] RESTREPO, Javier Darío. El zumbido y el moscardón. Nuevo periodismo. Pág. 51

martes, octubre 11, 2005

Idealizada por poetas, visitada por turistas y vivida por sus habitantes

CARTAGENA: ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA REALIDAD.

Detrás de la vida nocturna de la ciudad heroica se esconde el reflejo de toda una realidad social.


Cartagena es uno de los principales destinos turísticos de Colombia. Es conocida a nivel mundial como una ciudad en la que se conjugan la historia de una época colonial, aún visible en su arquitectura, y la cultura caribe expresada en la música, las comidas… pero sobretodo en la alegría de su gente. Esto se hace más visible en las noches del centro amurallado, cuando las luces de las plazas, torres, callejuelas y balcones se encienden iluminando con tonos amarillentos el entorno. En este sentido, hablar de una noche en Cartagena es evocar palabras como romanticismo, estrellas, belleza, historia, cultura, colonia, alegría, baile… Tanto, que dichas palabras son utilizadas en forma estética por muchos poetas que han querido expresar lo que sienten o perciben de esa cartagena nocturna.

La vida nocturna en Cartagena no solo es la que vive y disfruta el turista, sino también la de todo un grupo de personas que tienen como trabajo el salir por las noches a ganarse el sustento diario, mediante el entretenimiento de los extranjeros, nacionales y los mismos cartageneros. Son personas que viven del turismo y para el turismo, que hacen parte ya del paisaje nocturno de ciudad y que ayudan a mantener la imagen turística del “Corralito de Piedra”.

A pesar de lo anterior, estos son trabajadores informales dentro de la realidad económica y social de la ciudad, que hacen lo posible para sobrevivir, algunas veces sin ningún tipo de apoyo por parte de la administración local y sólo contando con las asociaciones que ellos mismos han conformado. Dentro de este grupo de personas se destacan los cocheros, los grupos de danzas populares que ofrecen su espectáculo en algunas plazas públicas del centro amurallado, los cantantes de serenatas y los ayudantes en los sitios de salsa del centro de la ciudad, entre otros.

Entre las notas musicales de la salsa y el paseo de callejuelas…

Una de ellas es Daniel Rodríguez Ramos, propietario de un coche y perteneciente a la Asociación de Cocheros. Lleva 17 años de estar paseando por la ciudad y contando la historia de la misma a los turistas que la visitan. Vestido con una camisa amarilla y unos jeans en medio de la Plaza de los Coches y la Torre del Reloj, muestra su herramienta de trabajo en la que se hace visible el trajín de esos 17 años recorriendo callejuelas. Daniel reside en el barrio Las Delicias; sostiene a dos familias ya que tiene cuatro hijas con dos mujeres distintas. Él expresa, que una noche de trabajo “a veces es dura, a veces es regular y a veces es buena. Por temporada es muy buena y cuando se acaba la temporada como por un mes, es regular; después ya viene el tiempo malo como el que estamos viviendo ahora en septiembre”

Por su parte, con una camisa blanca y un sombrero de fieltro, Onil Antonio Rodríguez Álvarez de 60 años de edad, vive de la “salsa”. Lo que más se resalta en su rostro es su bigote, de allí que le digan el “bigotudo”. Es padre de 4 hijos y ayudante en el sitio de salsa “Donde Fidel” ubicado en la esquina del Portal de los Dulces y frecuentado por los salseros de la ciudad y los turistas que también gustan de este género musical. Onil es un noctámbulo, acostumbrado a sentarse en el portal de los dulces a ver pasar la gente y las notas musicales de la salsa, hasta que ya sea hora de cerrar el negocio aproximadamente a la 1:00 de la mañana de lunes a jueves y los fines de semana entre 3:00 y 4:00 de la mañana.

Daniel perteneciente un grupo de cocheros, por lo menos cuenta con el apoyo y el reconocimiento de su labor por parte de la alcaldía como una de las actividades de la vida turística y nocturna cartagenera. Onil, tiene su empleo en un sitio de salsa y manifiesta tener una situación medianamente estable. Las cosas cambian un poco para otras personas que también tienen vida nocturna, consiguen su sustento diario gracias al turismo, pero, expresan no tener el apoyo de la administración local.

“Para que no muera la danza” y “… la gente sepa que esto es cultura”

La plaza de Bolívar es el escenario donde se encuentra la danza como historia y como cultura. Mediante alegres movimientos y coloridos vestidos se mueven al son del tambor y la gaita un grupo de jóvenes que utilizan el baile como una forma de ganar un poco de dinero para poder sostenerse. Después de cada presentación uno de ellos o ellas con sombrero en mano y sin dejar de bailar, pasa a recoger la colaboración que los espectadores le quieran brindar.

Yesenia Villa luna, Yainer Cabarcas Estrada y Elkin Colón Polo hacen parte de este grupo de jóvenes quienes residen en el sector de San Francisco y en el barrio Fredonia. Yainer, al tratar de explicar el por qué ha escogido la danza como trabajo expresa: “la verdad es que esto lo llevo en la sangre y me ha gustado el folclor, por eso estoy aquí bailando”.

Elkin explica que sus días de trabajo “a veces los comienzan de 5:30 para 6:00 de la tarde y comenzamos en esta plaza (Plaza de Bolívar). Nos recorremos la Plaza de Santo Domingo, Santa Teresa y en San Pedro ya no bailamos porque nos prohibieron esa plaza” y continúa explicando “nosotros no sabemos por qué, según por la Alcaldía. Nosotros tuvimos un proceso aquí con varios grupos porque nos quisieron sacar del centro, tuvimos un enfrentamiento con la Policía y nos prohibieron las plazas de San Pedro y la Santa Clara”. También dice que “aquí nos apoya la gente, los que nos ven, los turistas y los que son de aquí, porque la Alcaldía no nos apoya. Nosotros lo que hacemos lo hacemos para que no muera la danza y también lo hacemos para sostener al grupo”

Al igual que los anteriores jóvenes pertenecientes a un grupo de danza popular que brindan sus espectáculos en las plazas a cartageneros y visitantes, Maria Ligia Bolívar Y José Ofenet Poveda son los cantantes del dueto “Los mensajeros del recuerdo”, uno de los tantos grupos de cantantes que tienen como principal lugar de trabajo la plaza Santo Domingo. Esta pareja de cantantes provenientes de Armenia, Quindío, llevan 40 años dedicados a la música y específicamente ocho años en la ciudad de Cartagena.

Ligia de 65 años, de cabello canoso, ojos azules y rostro sonriente, explica que “en la vida nocturna, digamos aquí, nosotros venimos desde las 7:00 en adelante brindándole música a los señores turistas, los que van y los que vienen (…). Al principio que nosotros llegamos aquí no dábamos abasto a tanta gente pero ya no. Es como dicen por allí todo pasa como en la plaza de mercado”, finaliza con una carcajada.

También se quejan por la falta de apoyo a los músicos por parte de administración así como por la prohibición de mostrar su trabajo en algunas plazas: “Nosotros nos concentramos en esta plaza, porque en la plaza San Pedro y la Santa Teresa eso ahí no lo dejan a uno, a pesar de que nosotros tenemos nuestro carné para trabajar en cualquier sitio turístico-dice mientras muestra su carné de la Asociación de Músicos Colombianos (ASOMCOL)- Sería bueno que pudiéramos entrar a cualquier plaza. Ojalá tener una palanquita que llegara y nos pegara un empujoncito para que la gente sepa que esto es cultura”

En medio de las dificultades aún permanece la visión de ciudad idílica


Las anteriores personas hacen parte de la vida nocturna de la ciudad de Cartagena. Pero, más allá de la ciudad hermosa y tranquila escrita por los poetas y mostrada en los planes de viajes a los turistas, se encuentra toda una realidad social y económica donde los porcentajes de desempleo y subempleo son altos, donde la actual administración distrital no le genera a la población altos niveles de confianza ni de buena gestión , resaltando dentro de esta, al Instituto de patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), órgano rector de la política cultural en la ciudad (ver recuadro 1 al final del documento)

A pesar de todos los obstáculos, dificultades económicas y de apoyo expresados por los anteriores trabajadores nocturnos que viven del turismo y muestran la cultura cartagenera, ellos ratifican la ciudad poetizada, la cartagena conocida como un destino turístico bello e ideal. El cochero afirma: “soy cartagenero y para mí, es la ciudad más linda que tiene Colombia”; el señor Onil, ayudante del sitio de salsa describe las noches cartageneras como algo bello; Los jóvenes pertenecientes al grupo de danza expresan que les encanta Cartagena por las iglesias, por las luces y por los turistas a quienes le bailan, aspecto que Yainer considera como motivo de orgullo; Elkin expresa que para él una noche cartagenera “es alegre, donde el turismo se entretiene en cualquier cosa, por ejemplo la danza. La siento como una expresión que no se describir…” por ultimo la señora Ligia, perteneciente al dueto de cantantes, dice que “una noche cartagenera es deliciosa. Esto aquí es una belleza”

Aún siguen vigente entonces los versos de Luís Carlos López, en su poema “A mi ciudad nativa” en el que escribe que
“Mas hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno le tiene a sus zapatos viejos…”

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Información recuadro 1:
Cómo vamos: evaluación sobre la ciudad.

Dentro de las estadísticas evaluativas arrojadas por el proyecto “Cartagena cómo vamos” alrededor de la calidad de vida de los habitantes mediante indicadores de gestión pública, educación, salud, espacios públicos, movilidad… se destacaron:

Valoración de los distintos actores que conforman la administración distrital, entre estos El Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena:

-Nivel de confianza (1 no confía nada y 5 confía mucho): 3,32
-Calificación a la gestión (1 más bajo y 5 más alto): 3,23
-Mercado laboral: el nivel de ocupación es el más bajo en los últimos 4 años con un 44.5%. El desempleo se situó en el 2004 en 15%,
El subempleo se incrementó, pasando de 15,4% en 2003 a 18,7% en 2004; es decir, un incremento de 21,4%.
(Adaptación de El Universal.)





miércoles, septiembre 07, 2005

EN EL PATIO

Y es que parece que la brisa bailara en el patio,
baila intocable, baila intangible pero
se siente, me llena y me traspasa

Y es que parece que la brisa bailara en el patio
al son de las hojas y las ramas y de las gotas de agua.
Se detiene pero no descansa,
todo hace parte de la danza

Y es que la brisa baila en el patio
bajo una lluvia de amarillas y diminutas
hojas que caen de las ramas; y mientras baila
yo intento tocarla pero es ella
la que me toca cada vez que danza
moviendo sus alas, soplando mi alma.

y es que la brisa baila en el patio
y tambien en mi mente. Le hacen gala
las ideas, la imaginación por mis ojos
se derrama...
Por un instante me convierto entonces en
la brisa, en la gota de agua, en la hojas,
en la rama y nuevamente en brisa, en
suspiro, en soplo que entra por mi piel
y tristemente se enjaula

sábado, julio 30, 2005

SIN TÍTULO

Esperar se convierte en lo más emocionante en algunos momentos de nuestra vida. Creemos que ciertas situaciones ya están en camino hacia nuestro encuentro, esperamos y mientras tanto danzamos, cantamos, volamos, soñamos más de lo normal y cuando lo que esperábamos llega, lo que tanto ansiábamos llega, perdemos entonces la emoción que hace un instante nos llenaba; ¿qué pasó?

Nos embargan entonces las preguntas sobre nuestro papel en esas situaciones que esperábamos y las imaginábamos en camino, nos hacemos concientes de que ellas no están en nuestra vida por sí solas, como predeterminadas, sino que nosotros día a día las construimos, las plasmamos; pero a veces nuestros sueños sobre las mismas nos elevan un poco y luego olvidamos agregarle ese nuevo elemento soñado a lo que estamos construyendo con nuestro diario vivir…sueños y vigilias, vigilias y sueños. Entre ellos se mueve la vida, entre ellos se dibujan sonrisas, se siente la brisa y se saborean dolorosamente las lágrimas.

En otros momentos por más que queramos agregarle lo soñado a lo que estamos construyendo con nuestra vida no podemos hacerlo…sueños y vigilias, vigilias y sueños y en medio aparece entonces la impotencia y se alza como un inmenso y profundo valle; ¿Qué hacer? ¿Caerse y mantenerse en el suelo? ¿Caerse y levantarse? ¿Conquistar? ¿Descubrir? O ¿morir?
A veces soñamos mucho o nos mantenemos permanentemente en vigilia, entonces ya no hay sueños y vigilias, vigilias y sueños, solo sueños o solo vigilias, indistintos, aislados, como estanques que poco a poco se quedan sin agua.

Vigilias y sueños, sueños y vigilias entre ellos se mueve la vida, entre ellos se dibujan sonrisas, se siente la brisa y se saborean dolorosamente las lágrimas. Entre ellos el caminar se convierte en vuelos y en pisadas hacia horizontes de mares, valles y llanuras inexploradas.

viernes, julio 15, 2005

PARA REGRESAR...ALGUNAS CITAS

  • Para el ser humano poder orientarse en el mundo y alcanzar su dignidad de humano requiere pensar, pero la angustia que esto le implica lo lleva a refugiarse rápidamente en las respuestas tan pronto como aparecen las preguntas. He aqui una contradiccción fundamental en nosotros los seres humanos. Por eso lo excepcional no es encontrar personas que tengan respuestas, sino encontrar a alguien que sepa formularse preguntas.

  • La posibilidad de pensar no depende de la cantidad de saber ni de la clase de saber que posea alguien, sino de la posibilidad que tenga de destituirse de ese saber, de afrontar los nuevos enigmas, para hacer de ellos preguntas en las que se comprometa como ser. Implica que sea capaz de ponerse en cuestión como sujeto ante cada enigma y asumir las consecuencias que para su vida implica pensar.

  • Nadie es una isla completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos o la tuya propia; la muerte de cada hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; por eso, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti (Ernest hemigway: por quién doblan las campanas)

  • La violencia sería la imposición de la voluntad de un individuo o de un grupo sobre la mayoría, mientras que el derecho sería la violencia de la mayoría contra el individuo o grupo que pretenda imponer su voluntad a los otros por medio de la fuerza.

Citas tomadas del texto: Psicoanálisis y vida cotidiana de Jaime Alberto Carmona Parra. Siglo del hombre editores.

jueves, mayo 05, 2005

SIN TÍTULO

Mariposas negras revolotean sobre el alma
como tentándola a que juegue a atraparlas
lo que no saben las mariposas, es que el alma
no desea jugar a atraparlas, sino jugar a matarlas
El alma no quiere ser perturbada por estúpidas mariposas
que aparecen cuando les da la gana.

Ya antes ella ha jugado a atraparlas pero
cuando está a punto de hacerlo, ellas se marchan
otras veces las ha llamado y ellas se pierden en la nada
Malditas mariposas, ¿qué es lo que les pasa?

El alma ya no le interesa atraparlas para estudiarlas
y muchos menos para aprender a aceptarlas
con todas sus fuerzas espera quemarlas con
haces de luz y prismas
desea matarlas y así liberarlas
por fin dejaran de molestar las malditas
mariposas negras al alma trastornada.

domingo, marzo 20, 2005

POLÍTICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN: ¿ELEMENTOS AISLADOS O VINCULADOS?

“La comunicación es en sí misma un acto de gobierno”
Antanas Mockus


La política y los medios de comunicación son dos elementos esenciales dentro de toda sociedad. Cada uno de ellos tiene unos objetivos o metas aparentemente desiguales: Mientras que el primero se mueve alrededor del arte de gobernar, la teoría del estado o la doctrina del derecho, el otro se mueve en el arte de manejar la información que es emitida a un pueblo. Si analizamos lo anterior observamos que ambos elementos giran en torno a la sociedad, de allí que a pesar de tener labores diferentes, la política y los medios de comunicación no son elementos independientes: los une su carácter publico y por ende la necesidad de fundamentarse en bases éticas, fundamentación muchas veces olvidada en la práctica.

La anterior afirmación o tesis puede argumentarse dividiéndola en dos partes: primero tomando la relación que se establece entre política y medios debido a su carácter público y luego enlazar dichos argumentos con los que se apoye la necesidad de unas bases éticas.

La política y los medios de comunicación tienen la posibilidad de influir y transformar una sociedad y de este poder son concientes tanto los que ejercen la política como los que manejan los medios de comunicación. Es tanta la conciencia que tienen los mismos de dicho poder que a lo largo de la historia, los gobiernos -no necesariamente totalitarios o dictatoriales como puede fácilmente llegarse a pensar, sino también aquellos democráticos- se han vinculado con los medios de comunicación convirtiéndose estos últimos en aparatos ideológicos del estado, que responden a una serie de intereses particulares, con el fin de mantener un control social donde la principal característica es la desigualdad. En otras palabras son utilizados como mecanismos de dominación y alienación social.

Lo anterior ha sido objeto de estudio de muchos teóricos de la comunicación desde hace algunos años. En el devenir de los años 40, por ejemplo, la escuela de Frankfurt, reflexiona las consecuencias de los medios de comunicación sobre la cultura, planteando que se ha logrado establecer un hilo entre poder y conciencia por medio de los mensajes emitidos por los medios de comunicación masiva. Esta industria cultural, genera entonces fenómenos como el establecimiento de una “pseudo cultura” (término utilizado por Adorno), la destrucción de la formación humanística y racional, pero principalmente la generación de una cultura donde el hombre consume ideologías sin ningún tipo de razón crítica. Estos planteamientos apoyados por Adorno, expresan el paso de la cultura a mercancía y cómo toda expresión cultural puede ser transformada con el fin llenar las expectativas del mercado.

Noam Chomsky, en su libro “El control de nuestras vidas” expone una serie de estudios alrededor de los medios de comunicación y su vinculación con la política. Plantea algunos apuntes históricos sobre la propaganda, la cual fue ampliamente utilizada como mecanismo de dominación desde la primera guerra mundial y las postulaciones de destacados teóricos liberales y figuras de medios, entre ellos Walter Lippman quien sostenía que “ la revolución en el arte de la democracia podía utilizarse para fabricar consenso, es decir, para producir en la población, mediante las nuevas técnicas de la propaganda, la aceptación de algo inicialmente no deseado”[1]

Ahora, tomando un hecho más reciente, el pasado domingo 20 de febrero del presente año salió una publicación en el periódico El Tiempo, donde se informaba acerca de un escándalo por el manejo de los medios en Estados Unidos. El artículo trataba sobre un reportero llamado Jeff Ganon que trabajaba para El talón news service. Las preferencias que tenían por este reportero en la casa blanca, el cual siempre preguntaba sin ningún tipo de dificultades en las ruedas de prensa realizadas en la misma cuando había momentos de tensión entre la prensa y los delegados del gobierno, logrando así desviar la atención, despertó una serie de sospechas entre los demás periodistas y luego de investigar dicha persona se descubrió que no tenía tarjeta profesional, el medio para el que trabajaba no existía y que había sido contratado por el gobierno para desviar la atención en las ruedas de prensa, incluso no se llamaba Jeff Ganon sino James Guckert y es conocido en Internet por una serie de páginas pornográficas en la cuales ofrece sus servicios

“La lógica es clara y sencilla: la propaganda es a la democracia lo que la cachiporra a el estado totalitario. Ello resulta acertado y conveniente dado que, de nuevo, los intereses públicos escapan a la capacidad de comprensión del rebaño desconcertado”[2]. Lo anterior expresa, como había planteado anteriormente, que inclusive, los Estados democráticos utilizan los medios de comunicación como mecanismos de intervención en la opinión pública. Los ejemplos y estudios anteriormente mencionados son argumentos y muestra sólida de cómo la política y los medios no son elementos aislados.

Ahora bien, lastimosamente esa es la relación predominante que se da entre medios y política, pero es ese tipo de relaciones y el poder que tienen para influir sobre la opinión y el desarrollo público lo que lleva entonces a la necesidad de teorizar seriamente sobre los fundamentos éticos tanto de la política como de los medios y aquí es donde entramos entonces a argumentar el por qué de esa necesidad.

Al hablar de fundamentos éticos nos referimos entonces a aquellos valores que configuran el deber ser de la política y los medios. “Los valores no existen en si. Es la propiedad que adquiere una cosa o una actitud para alguien porque responde a una necesidad”[3], por lo tanto la política y los medios al tener una base social deben responder a las necesidades que esa colectividad posee, y uno de los valores que es indispensable como fundamento ético de estos dos elementos y que a su vez se convierte entonces en otro puente de unión entre ambos es la veracidad tanto de las palabras como de las actitudes.

La veracidad debe ser la base de los medios de comunicación. Lo que ellos informen es lo que penetra y accede con mayor facilidad en la vida social y en la opinión pública. Su deber es “informar sobre lo que sucede (...) debe analizar, criticar y fiscalizar el régimen político. La independencia de la prensa emana de su sentido crítico” [4]

Así mismo en el aspecto político el deber ser también se fundamenta en la veracidad; Los gobiernos como encargados de plantear políticas para lograr un desarrollo colectivo deben ser claros en las mismas, no deben ocultarle nada al pueblo, lo que entonces lleva a que ellos deben asumir un actitud autocrítica consigo mismos. Lastimosamente cuando se escucha actualmente la palabra política la relacionamos inmediatamente con politiquería, corrupción y mentiras y todo ello por la tradición histórica que han establecido los que han estado en el poder que utilizan las mentiras para satisfacer sus necesidades individuales, olvidándose por completo del compromiso ético con la sociedad. Así mismo esto ha sucedido porque como pueblo no hemos exigido que ese deber ser de la política no quede solo en teorías sino que pase a la práctica activa.

Los planteamientos del filósofo alemán Jürgen Habermas, son esenciales para entender cual es ese deber ser tanto de la política y de los medios. La filosofía política de Habermas plantea una relación clave entre política y comunicación a través de su teoría de la acción comunicativa, de la cual se desprende la ética discursiva o comunicativa como fundamento para lograr el desarrollo de la sociedad.

Para este pensador la sociedad existe gracias a la comunicación entre los sujetos a través del lenguaje. Dicha comunicación solo tiene sentido cuando va orientada hacia el entendimiento con el otro, por lo tanto toda comunicación busca en ultima instancia llegar a un acuerdo o consenso. Ésta postura supone un proceso de alternancia y de profunda argumentación, lo primero porque es situándome en la posición del otro, reconociendo al otro, como puedo realizar una verdadera interacción comunicativa y, lo segundo, porque si no existen procesos sólidos de argumentación en los planteamientos de las partes, el proceso comunicativo tendrá serias dificultades, y por lo tanto, será difícil llegar a un acuerdo dentro de un contexto de validez, que posibilite la coordinación social. Los verdaderos actos de habla se basan entonces en la veracidad, a través de ellos se pueden compartir experiencias, establecer consensos y desarrollar discursos en vez de certezas. Por el contrario, la mentira es característica de lo que él denomina acciones estratégicas.

Habermas relaciona sus estudios sobre los actos comunicativos con el papel a que están llamados a desempeñar los medios de comunicación, Afirma que: “los medios de comunicación son reforzadores técnicos de la comunicación lingüística que salvan distancias en el tiempo y en el espacio y multiplican las posibilidades de comunicación que adesan la red de acción comunicativa pero sin desganchar las orientaciones de acción de los plexos del mundo de la vida” [5] Las anteriores anotaciones son un llamado entonces a la práctica de la ética discursiva tanto de la política como de los medios. Habermas entonces establece una relación entre política y medios dentro de un contexto ético que responda a las necesidades de progreso de la sociedad; por lo tanto desde los planteamientos habermasianos la veracidad no es el único fundamento ético de la política y los medios, sino que también entran en los mismos el respeto por la diferencia y por ende el reconocimiento intersubjetivo.

Umberto Eco en un artículo publicado en El Espectador titulado Ser alguien, realiza un análisis sobre el libro de Carniegie “Cómo ganar amigos e influir en las personas”; en el se exponen una serie de formas para hacer que el otro se sienta a gusto con nosotros y haga lo que deseemos como si él fuera quien lo deseara. Concluye Eco que “la idea fundamental de las acciones humanas no es el sexo sino la necesidad de sentirse importantes”[6] y que esta idea de las acciones humanas es en la que se basa la televisión para obtener audiencia ofreciendo la posibilidad de que la gente salga en ella.
Este es un claro ejemplo sobre acciones estratégicas, ya que se usa el lenguaje de manera parasitaria para lograr éxitos individuales, actitud nada ética y que utilizan no solo los medios, sino que es una elemento tradicional de los discursos políticos que buscan implantar en la población la idea de que trabajaran en pro del desarrollo colectivo cuando realmente sus intenciones son otras.

Hace poco en una columna de opinión escrita por Alejandro Palacios para el periódico El Tiempo, titulada ¿Qué les dan en palacio? critica la actitud del vicepresidente Santos ya que este en un foro sobre víctimas del terrorismo afirmó que las críticas que los medios hacen a la actual política de seguridad democrática del gobierno son “injustas, exageradas y se vuelven cajas de resonancia para el terrorismo”[7]; crítica que se ve acrecentada al cuestionar cómo el vicepresidente que durante mucho tiempo fue un periodista puede olvidar los preceptos éticos y el sentido crítico que encierra dicha labor, para entrar a defender las políticas de estado. Sobre la actitud de Santos, el columnista resalta que “el papel de la prensa es el de informar lo que sucede y no sobre lo que le gusta el gobierno”[8].

En este hecho juega un papel importante la veracidad porque no se sabe entonces a quien creerle: a los medios o a la información emitida por el gobierno, y en dicha tensión los que están en el medio son la población que en últimas termina incomunicada y desinformada. No hay ningún tipo de excusa para que uno u otro deba ser menos o mas veraz, ambos como elementos que se unen en su carácter publico están obligados a fundamentarse en la veracidad, es decir que tanto un periodista como un funcionario público deben cumplir con este precepto ético. Lo que sí cabe destacar es que este tipo de hechos, y análisis sobre los mismos, abren las puertas para debates sobre la relación entre política y medios, la fundamentación ética de los mismos y por ende es un llamado a la autocrítica.

Los contenidos del código internacional de ética periodística son muy explícitos sobre la responsabilidad de los periodistas. Estos códigos determinan que aquellos que se desenvuelven en el campo de la comunicación social deben propender por la defensa de los valores universales del humanismo como: la paz, la democracia, los derechos del hombre y el progreso social respetando las diferencias de cada cultura. Además deben participar de las transformaciones sociales que van en orden al desarrollo democrático a través del diálogo y el entendimiento entre los ciudadanos para así cumplir con su compromiso ético ante la sociedad. Este mismo código de ética periodista es también aplicable en el compromiso ético del ejercicio político

Es el tener conciencia de los fundamentos éticos anteriormente planteados que unen a la política y a los medios de comunicación lo que permitirá en ultima instancia la construcción de una cultura ciudadana y por ende de una mejor sociedad. Ejemplos como el de las políticas pedagógicas planteadas por Antanas Mockus en Bogotá, donde a partir de procesos comunicativos (basados en los planteamientos de Habermas) y la colaboración de los medios se buscaba “la generación de sentido de pertenencia a través de la transformación o consolidación de un conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas que faciliten la convivencia entre desconocidos”[9], permiten observar cómo puede la política y los medios de comunicación unirse para construir una conciencia hacia los valores y las actitudes que beneficien el desarrollo humano y el cumplimiento de las normas por el camino de la autorregulación y mutua regulación personal. De allí que sea pertinente compartir la afirmación de Antanas Mockus sobre que “la comunicación es en sí misma un acto de gobierno”[10]

La responsabilidad ética de la política y los medios de comunicación exigen un acto de valentía, exigen pasar de la ética a la moral, es decir traer a la práctica las teorizaciones o reflexiones sobre el deber ser y hacerlas entonces una vivencia y actuación constante; Aspirar y caminar hacia el horizonte de una mejor sociedad.




[1] CHOMSKY, Noam. El control de nuestras vidas. Editorial Fica. Bogota 2002. pp. 140
[2] Ibidem
[3] HERRÁN, María Teresa y RESTREPO, Javier Darío. Ética para periodistas. Tercer mundo editores. Bogotá 1991
[4] SANTOS, Alejandro. Qué les dan en palacio. Columna de opinión periódico El tiempo. 21 de febrero de 2005
[5] FERNÁNDEZ, Sergio Pablo. Teoría de la acción comunicativa: legado y diferencias en teoría de la comunicación. Septiembre de 1997. facultad de ciencias sociales. Universidad de Chile.
http://rehue.esociales.uchile.cl/publicaiones/moebio/01/frames30.htm
[6] ECO, Umberto. Ser alguien. Columna de opinión de El Espectador. 6 de marzo de 2005
[7] SANTOS, Alejandro. Qué les dan en palacio. Columna de opinión periódico El tiempo. 21 de febrero de 2005

[8] Ibidem
[9] Mockus, Antanas. Comunicación y cultura ciudadana. Revista La Tadeo: comunicación tras la huella de Hermes. 2003
[10] Ibidem

domingo, febrero 27, 2005

GARCIA LORCA: SONETO!

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria flor de tu aliento

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento

si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado

lunes, enero 17, 2005

Cuadro de una niña

En posición fetal ella se encontraba tendida en su cama. Debajo de una sabana blanca con cuadros de líneas azules se movía en su lecho, el cual era una sencilla cama de madera custodiada por dos cisnes tallados a lado y lado de la cabecera, ornamento que se repetía en la parte posterior de la cama que además, era más alta de lo normal ya que en vez de reposar en un solo colchón como normalmente es conocido prefirió adicionarle uno más como una forma de materializar su necesidad de ser diferente e imponerse incluso mientras durmiera.

Acostada en la cama y rodeada de dos almohadas verdes que parecían custodiarla al igual que los cisnes, lo único que no cubría la sabana era su blanco rostro semi levantado por el almohadón, posición que permitía observar con más firmeza su inocencia de niña y a la vez en sus ojos una puerta ya abierta de par en par hacia la adolescencia.
La sabana tampoco cubría su mano derecha, con la que sostenía el control remoto de su nueva grabadora; el regalo que le había puesto el niño Dios la pasada navidad después de 11 años de haber escuchado las variadas tendencias musicales con su pequeña y desactualizada grabadora de “XUXA”. Era uno de los tantos aparatos para niños que se colocaron en el mercado latinoamericano con el auge de una cantante de música para pequeñines de origen brasilero que tenía por nombre profesional XUXA.
Era por ende un típica grabadora para niñas, su color era fucsia y la parte del altavoz y de la casetera eran de un azul rechinante; en ella lo único que podía escuchar era las emisoras porque la casetera no servía, y eso solo lo hacía si no tenía problemas con el cable de energía que permitía encenderla.
Era todo lo contrario a la grabadora de ahora que se acomodaba no solo a la época en general, sino a su época de niña entrando en la adolescencia. No tenía ningún color rechinante, era totalmente de colores grisáceos y lo único diferente a ellos era un diminuto espacio bordeado por líneas color violeta en el cual se visualizaba la frecuencias de las emisoras, la hora y las pistas de los CDs.

Con el control remoto saltaba de una emisora a otra buscando los discos que más le gustaran. Paso de baladas a merengues y salsas, pero en realidad ella lo que esperaba conseguir era la música que estaba de moda y que a ella le encantaba no solo escuchar sino ejecutar con gracia inigualable: El reggaetón!!!

Cuando logro conseguirlo en una de las emisoras, búsqueda que no demoró mucho, paso de su estado fetal y sus cuantos movimientos tratándose de acomodar, a movimientos de cabeza, cadera y piernas que hacían estremecer toda la cama, y no solo ella bailaba acostada en la cama, sino que incluso hacía que los cuadros que adornaban la sabana también bailaran al compás de sus enérgicos movimientos.

Acabado el disco, volvió nuevamente como por arte de magia a su estado fetal, regresaron sus leves movimientos en busca de comodidad y también continuó con el paseo de emisora en emisora con su delicado apretar de los botones del control.
Repaso dos veces las mismas emisoras, hasta que decidió detenerse a escuchar una balada que antes había rechazado. En esa misma emisora de baladas se quedó, escuchando una y otra canción y a medida que las iba escuchando, sus movimientos poco a poco cesaron, sus ojos lentamente se cerraron y tomó el estado y la respiración típica de un bebé en el seno de su madre. Su mano derecha quedo sostenida por uno de sus almohadones verdes y como detenida en el tiempo, la imagen de esta sosteniendo el control remoto. No había duda, había encontrado la mejor emisora de todas, aquella que no solo le permitía escuchar lo que quisiera, sino viajar, crear y soñar...había encontrado la emisora de Morfeo.