domingo, mayo 16, 2004

El Conocimiento, La Razón y El Emocionar, ¿Qué hay de esto en la Comunicación?

El observador en su observar, lo que busca es realizar una serie de distinciones como si la existencia de aquello fuese independiente a el. Pero estas distinciones el observador en su observar, las realiza dentro de su vivir , por lo tanto no tiene sentido entender el observador en el observar si no se es conciente que es el vivir y el lenguaje, el fundamento no trivial, en el que el hombre se vuelve sustantivo y acción observador-observar).
En este proceso de observador-observar se busca obtener una explicación de lo que se observa, pero para dar una explicación, primero se debe comprometer con el interrogante o cuestionamiento que ha establecido y que le define la explicación. si no hay compromiso, ni aceptación no hay reflexión y por lo tanto no hay pregunta, porque la pregunta es pregunta cuando trae consigo la necesidad de compromiso y por consiguiente de una explicación, si no es así, entonces damos por hecho lo observado como algo en si, como algo intrínseco.

Entendiendo por explicación “un mecanismo generativo propuesto para dar origen a una cierta experiencia aceptada por un observador según un criterio que el observador pone”1
Es decir la explicación es la formulación de un proceso que el observador acepta teniendo en cuenta unos criterios o parámetros que el mismo coloca.
Las explicaciones a su vez, generan deducciones, que si son comprobadas en la practica del vivir se les pude denominar como una explicación científica. Pero en estas los criterios o parámetros en los cuales el observador enmarca su observación tienen que ser explícitos.
Maturana plantea que “el criterio de validación de las explicaciones científicas consiste en la satisfacción coherente de cuatro necesidades:
La descripción de la experiencia a explicar, la proposición de un mecanismo generativo, la deducción de otras experiencias y el realizar las experiencias deducidas.”2

La formulación de un criterio de validación no implica un fundamento sobre lo real, es decir no se puede distinguir entre la ilusión y la percepción, de allí que Maturana también plantee que “las explicaciones científicas no tiene que ver con lo real, tienen que ver con la experiencia del observador”3 es decir una explicación científica, es en cuanto a el observador y a la practica de este en el vivir, a sus experiencias, por lo tanto si se interfiere con el vivir se termina el observar y si se influye o se altera el vivir, se altera el observar.
Es en esa alteración del vivir, donde se descubre de manera mas explicita que el hombre no puede distinguir entre la ilusión y la percepción solo con la aceptación de un modelo generativo; es en la practica del vivir del hombre, cuando el modelo generativo aceptado entra en contraposición con otra experiencia tomada como valida, donde se puede diferenciar la ilusión de la percepción , “de modo que una ilusión es una experiencia vivida como valida pero desvalorizada después en función a otra experiencia contradictoria que uno acepta como valida”4
Lo anterior implica que todo lo observado hace referencia a nuestras experiencias, que nada es independiente de esta, ni puede tener validez por fuera de mi vivir, si eso es así, cabe preguntarse entonces ¿qué es la objetividad?

Maturana plantea una objetividad entre paréntesis y una objetividad sin paréntesis. La primera hace referencia a lo anteriormente planteado, es decir, a la “imposibilidad de tener acceso a una realidad o verdad independiente de mi para validar mi explicar”5
Esto implica que existen diversas realidades como sujetos, ya que son estos quienes validan su explicar a partir de la experiencia (dominios explicativos), de allí parte que, conocer significa tener una conducta adecuada o una explicación adecuada de acuerdo a un dominio explicativo o cognitivo, aspecto que se ratifica aun mas cuando en las relaciones interpersonales los otros aceptan mi explicación como valida dentro del dominio estipulado.
La otra objetividad es la objetividad sin paréntesis, cuyo fundamento es la imposición de un solo dominio explicativo como valido, desmeritando a los demás, es decir, solo existe una realidad, por lo tanto uno es objetivo “cuando quiere que el otro haga lo que uno quiere”6 .
Es este ultimo concepto de objetividad el que generalmente manejamos, pero ¿qué pasa con el emocionar en relación con la objetividad? Aquí es donde entra en conflicto la razón y la emoción.

Las emociones no tienen razones, aunque se intenten explicar y dominar por medio de la racionalidad; por el contrario, las razones si tienen emociones; es decir toda explicación racional tiene un fundamento u origen en el emocionar.

En el emocionar no se puede hablar de objetividad, porque en el emocionar se le da primacía a la relación y nos importan los fundamentos del otro, por lo tanto las relaciones se basan en ínter subjetividades (o objetividades con paréntesis) lo que lleva a que se realice un proceso dinámico de colocarse en el lugar del otro sin olvidar el mío.
Si esto es así, la ética no tiene fundamentos racionales, porque esta gira en torno a la preocupación por el otro. “consiste en ver a el otro como legitimo otro en convivencia con uno”7
Las preocupaciones éticas del ahora son el resultado de todo un transcurrir histórico de variaciones de linajes y procesos sistémicos, el cual se Interrelaciona el hombre con el medio y cambia de manera conjunta. Transcurrir histórico que ha existido y se ha propulsado a través del lenguaje como esencia del hombre y de su convivir.

Maturana expone en relación con la ética y la sociedad, que el hombre es un animal amoroso y que es la emoción del amor la que funda la sociedad.
“somos animales amorosos, porque somos como el resultado de una historia de conservación, de la expansión de la infancia neotenia”8
entendiendo por neotenia, el conjunto de características infantiles que tenemos a lo largo de la vida, incluyendo las relaciones amorosas de tipo maternal.
El amor es el que nos permite que tengamos preocupaciones éticas, las cuales no son independientes del contexto social en el cual surgen. El amor también implica la ampliación de la inteligencia, ya que este posibilita la adquisición de confianza y por lo tanto se mire mas allá de las limitaciones, buscando siempre la interrelación o colaboración con el otro y a la vez conmigo mismo, basados en el respeto y en el placer de hacer las cosas, lejos de cualquier obligación social.

En líneas anteriores se mencionaba que las preocupaciones éticas del ahora son el resultado de todo un transcurrir histórico de variaciones de linajes y procesos sistémicos, el cual se Interrelaciona el hombre con el medio y cambia de manera conjunta; permitiendole a el hombre ser participe de su propia transformación y construcción de sus realidades y preocupaciones éticas.

Si analizamos el mundo actual, observamos que existen un serie de conductas por parte de los individuos, muy alejadas de lo que implica la ética, y por consiguiente del amor. Generalmente las interacciones sociales no se fundamentan en esta emoción (el amor) sino en el mercado y la competencia encarnizada. Estas actitudes han llevado a la fomentación de una cultura económica dominante y materialista, lejos de una mas humana y amorosa.

Si se quiere aprovechar la capacidad anteriormente mencionada, del hombre como sujeto dinámico en la construcción de su realidad, podemos empezar a construir y fomentar una cultura ética en “el futuro de la sociedad” LOS NIÑOS, creando escenarios en los cuales el amor, el respeto, la colaboración... sean los contextos de socialización para los estos en pro de unas nuevas conductas ecológicas, sociales, políticas...
Si esto se logra, los niños podrán escuchar y a la vez dialogar de manera espontánea sobre aspectos éticos; el mejoramiento de estos escenarios a lo largo del transcurrir histórico y la conservación del mismo conllevaran a un nuevo linaje ético.

Lo anterior no solo debe darse a nivel familiar y de la escuela, también debe reforzarse con otros aspectos. Aquí es donde entra el papel de los medios de comunicación.

Como es conocido, los medios de comunicación tienen un gran impacto sobre la sociedad hoy en día, especialmente con los niños y los jóvenes, los cuales tienen una mayor relación con la televisión y el Internet.

Las principales funciones de los medios de comunicación se resumen en “informar, formar y entretener” tomando específicamente la función de formar, los medios de comunicación son orientadores de la opinión publica y capaces de promover modelos de comportamiento que generalmente son acordes a la sociedad de consumo.
Si aprovechamos este poder para formar y promover modelos basados en una cultura ética, seria una base fundamental en el proceso de construcción ética; pero el hablar de cultura ética implica ,a su vez, un desafió hacia los medios de comunicación mismos, ya que seria enfocar y virar la utilización de estos en contraposición a el poder capitalista deshumanizado, que en ultima instancia tiene gran influencia en los ellos, a nivel de sostenimiento económico y por ende en el manejo de la información, la cual se maneja en torno a una objetividad sin paréntesis, hablando en términos de Maturana.

A pesar que con el vertiginoso proceso de globalización se derrumban no solo las fronteras en términos físicos, sino también sociales y culturales, permitiendo así la multiculturalidad, lo que se evidencias es que aun se permanece con la concentración de poderes en manos de unos pocos, imponiendo su cultura, en detrimento de la mayoría de las demás naciones; y esta imposición en parte ha sido propulsada por los medios de comunicación.

La labor de los nuevos comunicadores sociales, principalmente de aquellos que surgen en las naciones mayoritariamente afectadas por los desequilibrios de la globalización, es la de comenzar a gestar una cultura mas ética, basada en el amor, la tolerancia, la colaboración y el respeto por la verdadera multiculturalidad, lo que implica no solo el cambiar nuestros paradigmas de objetividad, por el de objetividad sin paréntesis, sino además un cambio en las practicas democráticas, respetando la diferencia, fomentando la participación del individuo y la colectividad, tomando el conflicto como escenario de aprendizaje y por consiguiente construyendo un nuevo ciudadano.

1.Maturana, Humberto y otros. Bioética: la calidad de vida en el siglo XXI. colección de vida y ethos No1. Pág. 118. Bogota. 1995
2.Ibidem, Pág. 119,120
3.Ibidem. Pág. 121
4.Ibidem. Pág. 122
5.Ibidem. Pág. 123
6.Ibidem. Pág. 126
7.Ibidem. Pág. 159
8.Ibidem. Pág. 149